De manera que nuestra querida República de El Salvador esta por ser parte de esta larga lista de procesos electorales de carácter democrático que buscan por un lado, sentar las bases de un gobierno que buscará y canalizará a través de sus políticas: el bien social y económico de toda su población.
El panorama es claro, una fuerte polarización en el escenario político nacional con las dos grandes e históricas estructuras partidarias, por un lado el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y por el otro la Alianza Repúblicana Nacionalista (ARENA), cada uno de estos partidos representado por candidatos poseedores de cualidades carismáticas hacia la población, con fuerte nivel de popularidad dentro de la cancha social, cada uno de estos con un alto grado de reconocimiento en la respectiva área profesional que representa, ambos comparten fuertes deseos de renovación lo que aporta un futuro perfil reformado de gobierno independientemente del candidato que resulte triunfador en el proceso, pero lo interesante es ver la impronta que este proceso de campaña electoral deja en nosotros la población, poseedores de la última y principal decisión dentro de la fiesta electoral, es un proceso que ha sabido mostrarnos a nosotros la audiencia el alcance del discurso y herramientas de cada uno de estos candidatos que disputan por la casa presidencial, un discurso que por momentos parece desviarse del sentido al cual realmente apunta o debería apuntar que es ciertamente el bienestar social de su población, a través de medidas que respeten los lineamiento de la realidad, promesas que puedan ser concretadas verdaderamente a un largo plazo y no caer en el error de sus antecesores candidatos a la presidencia de la nación, esto es hacer promesas de medidas que involucran cifras específicas que hasta el momento nunca vimos fueran compatibles con la realidad que actualmente vivimos, por eso cada uno de los candidatos en campaña electoral deberá estar consciente que de manera que triunfe una vez en el gobierno, su principal prioridad deberá ser el canalizar todas y cada una de sus políticas hacia las medidas prometidas en campaña, porque de manera contraria está poniendo en juego el voto de una de las bases que le ha llevado a ser jefe de estado esta es, el voto simpatizante que lo ha votado por que ha escuchado en su discurso medidas favorables a él y a su familia, de manera que en situación de irresponsabilidad e incumplimiento de medidas no solo pierde popularidad dentro de la población sino que le está siriviendo de proveedor a su respectivo partido y figuras de un futuro incierto y poco prometedor, por eso exigimos a los candidatos apostar por la responsabilidad, a ser dignos representantes de toda una nación donde la mayoría de esta encomienda en cada uno de Ustedes el bienestar colectivo.
A nosotros, el electorado nacional que en siete meses participaremos activamente del proceso electoral, nos corresponde ser exigentes analíticos del proceso electoral, saber distinguir al candidato que aporta progreso con su discurso y no candidatos que basan sus medidas en vanagloria personal y desprestigio de su opositor, basta del juego y campaña sucia, dejemos de lado el juzgar al otro y apostemos todos juntos por un El Salvador que sea reconocido en el escenario internacional por su alto grado de desempeño tanto político como social, económico y cultural.
1 comentario:
Muy interesante. Sabes, me hace preguntarme si los Salvadoreños aca en Argentina podremos votar.
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